Me inicié en el servicio magisterial hace 22 años, en una oportunidad que la DGEI ofrecía a jóvenes que dominaran una lengua indígena y aprobaran un curso de inducción, las razones primordiales las necesidades económicas y el deseo de obtener un trabajo. El problema se presentó cuando por primera vez tuve a mis alumnos enfrente, de verdad que yo no tenía los elementos ni mucho menos el perfil para encauzar aprendizajes en los pequeños, bueno, ni siquiera sabía como tratarlos, en ese momento solo se me ocurrió ser la mamá y platicar con ellos, además de que hablaban la lengua étnica pero con una variante que no era la mía, los primeros días fueron desesperantes. Al paso del tiempo y con la continua interacción en el grupo, con mis compañeros de la zona y mi formación y actualización personal y profesional ya estando en el servicio, me ha fortalecido en cuanto a la conducción del grupo.
Otro de los problemas con los que he tropezado es el continuo cambio y reformas de los programas de educación preescolar, en un principio en el subsistema de educación indígena se tenía un programa que estaba conformado por unidades y que se trabajan por meses, posteriormente se trabajó por líneas curriculares y es hasta en 1992, que el trabajo del nivel como que se estandariza, pero sin embargo, cada quien hace su labor como se acomoda, cuando se inicia el trabajo por competencias en el 2004, nos encontramos con compañeros y compañeras que no quieren dejar sus formas tradicionales de trabajar, y realmente se vuelve una competencia entre centros de trabajo pero una competencia donde se favorecen las expectativas de los padres de familia y el buen nombre de los y las educadoras, dejando a un lado las necesidades y los intereses de los alumnos.
Quizá, sea este uno de los principales conflictos que tengo como docente del nivel de preescolar, pues en primaria y secundaria hay propósitos que se llevan de manera sistemática se logran y se obtiene un perfil, pero en mi nivel es muy difícil encontrar ese perfil, pues como lo decía anteriormente muchos centros preescolares se dedican a trabajar como si fuera un primer grado de primaria y se dejan muchas cosas sin atender como es la socialización tan importante en este nivel educativo.
Porque aunque trato de emplear algunas metodologías que agradan e interesan a los niños siempre me topo con el concepto de escuela que tienen los padres de familia, pero más aun con las formas de enseñanza de maestras que me anteceden, lo que obstaculiza y me enoja conmigo misma. Sin embargo, esta noble labor me ha dado la oportunidad de conocer y acercarme más a la gente y en algunos momentos ponerme en su lugar cuando se pide o se exige una mejor atención de sus hijos.
Lo que puedo decir que me ha dado satisfacción en esta labor, es que a lo largo de estos años que llevo como docente es ver que mis alumnos de hace años, hoy se han convertido en hombres y mujeres de bien, si bien es cierto que algunos no terminaron una carrera si están comprometidos con sus familias y que ellos con su nueva forma de ver la vida, apoyarán para que sus hijos si se puedan integrar y llevar una educación que les sirva para la vida, porque estoy segura que estos hombres y mujeres sí apoyarán a sus hijos y maestros en mejorar nuestra vida y nuestro país.
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